domingo, 5 de junio de 2011

VIVIR ADREDE / Mario Benedetti





No se juega con el miedo porque el miedo puede ser un arma de defensa propia, una forma inocente o culpable de coraje.
El miedo nos abre los ojos y nos cierra los puños y nos mete en el riesgo desaprensivamente. Andamos por el mundo con el miedo a cuestas como si fuera un pudor obligatorio o en su defecto una variante del fracaso.
Tal vez sea el mandamiento o quizás el mandamiedos de alguna desconocida ley, de un dios cualquiera.
Por las dudas, una buena fórmula contra el miedo puede ser la que dejó escrita el bueno de Pessoa: "Espera lo mejor y prepárate para lo peor"
                                            Mario Benedetti.



Cada ser humano es una isla. En el mejor de los casos, pertenece a un archipiélago. Aún así, cada isla es distinta de las otras. Algunas son fértiles, pródigas, ubérrimas. Otras son áridas, magras, resecas.

Cada ser humano es una isla, donde sólo convive con su conciencia y en ocasiones con un lago quieto que le informa sobre qué rasgos asume su rostro de náufrago.

No hay comentarios:

Publicar un comentario