Ese primer segundo
en el que el mundo es
todavía
un paisaje hecho de
humo
que adquiere
lentamente nitidez.
Ese instante terrible
en el que no
conocemos nuestro nombre,
ni el lugar donde
estamos,
ni qué es lo que se
espera de nosotros.
Ese momento trágico
en el que abandonamos
la región turbulenta
de los sueños
y entramos lentamente
en un lugar extraño
llamado realidad,
confusos y asustados,
sin advertir apenas
que, oculto entre las
sombras que se esfuman,
hay un coro festivo
de arlequines
que fingen compunción
y nos señalan.
PLEGARIA
Que aguante el humor
intacto
en este tour
de la nada al olvido
o viceversa
Me veo en esa instantanea de cada amanecer, aunque ¡cuánto más bella si uno amanece en un lugar como el de la foto!
ResponderEliminarY cómo no, me sumo a la plegaria...que falta me hará.
Musus