martes, 15 de noviembre de 2011
Después de la tormenta
Cuelgan las nubes sobre el día
como una sucia piel curtida
o la panza de un animal
dispuesto para turbios sacrificios
ante los filos de la luz y el frío.
Aún tiemblan los vidrios
con el impacto del pedrisco
y en la aspereza del asfalto
palpita y se deshace
la mínima blancura de los hielos,
como siembra a destiempo
que ni el cuervo siquiera
codiciará.
Pasajera furia
que sobrecoge, súbita, deslizas
en el oído un fondo percusor
sobre el que vuelve a florecer la vida,
feraz como el vapor de los jardines,
mientras arriba
las inquietas puntadas de la luz
abren en la grisalla
la imagen espectral
de un asombro para dubitativos.
Jordi Doce
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El antes, durante y despues de las tormentas son todo un crisol de sensaciones y sentimientos.
ResponderEliminarMusus.
soy del Cantábrico y estoy acostumbrada a las tormentas y me gustan , pero sinceramente ahora estoy más por la "calma chicha".
ResponderEliminarMusu handi bat!